Un oasis de paz y tranquilidad enmedio de la locura del mes de agosto en la Gallura. Hemos pasado una semana en este fantástico alojamiento con nuestro hijo de 7 años y hemos estado de lujo. Él encantado con los animales y las plantas. No nos queríamos ir! Rodeados de vegetación, sin ruidos, buena energía y mucho relax. La propietaria, Angelique, es una persona muy atenta, hospitalaria, con mucha simpatia, totalmente disponible y con muy buenas recomendaciones.
Fantásticas playas muy cerca de la casa, con aguas transparentes.
Recomendamos 100% ese alojamiento en cualquier época del año.
Grazie mille per tutto, astrid, e saluti de parte de Quel!!