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Fuimos dos parejas y, al entrar cada una a su habitación, vimos que las habitaciones no estaban limpias, así como que tampoco tenían gel de baño (costando cada habitación al día unos 200 €).
Al día siguiente, dijimos en recepción que pusieran gel, contestándonos que así lo harían.
Al volver por la tarde, vimos que las camas no las habían hecho, no estaba el gel y el suelo de la habitación seguía sucio. Bajamos de nuevo a recepción y el encargado nos dijo que en el registro de limpieza estaba marcado como que se había limpiado. Lógicamente, esto me pareció una broma y estuvimos tratando el tema con un mayor volumen hasta que nos oyó el que pudiera ser dueño del hotel.
Volvimos a explicarle el tema y, después de un buen rato dándole detalles, llamó al de la limpieza por teléfono (imagino que a su casa ya que eran las siete de la tarde) para que nos la limpiara mientras cenábamos invitados por él en el hotel. Por supuesto le dijimos que no queríamos cenas gratis, queríamos una habitación mínimamente limpia.
Aún así, al cabo de un rato cuando estábamos duchándonos en la habitación, vino el chico de la limpieza para limpiar. Le dijimos que no era hora y que, después de estar todo el día fuera queríamos descansar.
Al día siguiente, al volver sobre las 6 de la tarde a la habitación, tampoco estaba limpia ni hecha la cama. Una hora más tarde, nos llama a la puerta para limpiar y, para que lo hiciera por fin, cenamos en la terraza de la habitación y que esta pesadilla acabara ya.
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Se hospedó 6 noches en mayo de 2022