Atenas es el lugar donde el mundo antiguo se encuentra cara a cara con lo mejor de la era moderna. Todo esto tiene como fondo el paisaje de las montañas y el agua cristalina del mar Egeo, donde las islas son más numerosas de lo que imaginas. Hay mucho por hacer, ya sea que te consideres un experto en historia, un aficionado del arte o simplemente un viajero que disfruta de la mitología griega y de fantásticos paisajes.
Ten en cuenta que los días en Atenas pueden ser muy calurosos después del mediodía, especialmente durante la temporada alta del turismo en el verano. Planea realizar tus visitas a pie durante la mañana. Después de tomar una taza de fuerte café griego, explora los diversos sitios arqueológicos del centro de la ciudad y sus alrededores. Visita la colina Pnyx, donde grandes oradores como Arístides y Pericles apasionaron a sus compatriotas para forjar la primera democracia verdadera del mundo. Pasea a través de la antigua Ágora, donde Sócrates y Platón caminaban en sus ondulantes togas, debatiendo cuestiones filosóficas. Maravíllate ante los restos de antiguos templos dedicados a los dioses del monte Olimpo, y contempla las vistas inigualables que obtendrás desde lo alto de la Acrópolis.
Existe un buen número de museos y galerías para refrescarte un poco bajo la sombra durante las tardes. La acaudalada zona de Kolonaki, en el distrito central, es hogar de elegantes tiendas y restaurantes, así como del Museo Benaki. Alojado en una mansión familiar bellamente restaurada, este es un excelente lugar para entender la historia y la cultura de Grecia. En el nuevo Museo de la Acrópolis, ubicado en el área histórica de Makrygianni, explora el arte, la cultura y las costumbres de los habitantes de la Acrópolis, desde tiempos prehistóricos hasta la antigüedad tardía.
Aunque la ciudad puede mantenerte ocupado, también te recomendamos que rentes un coche o realices un viaje en autobús para salir de ella. El Templo de Poseidón se encuentra en una rocosa cumbre en cabo Sunión que mira hacia el mar Egeo, en el hermoso Golfo Sarónico. Delfos y algunas otras islas también están lo suficientemente cerca para que realices un paseo de un día. Si todavía tienes energía al regresar, intégrate a la vida nocturna de la plaza Omonia y sus alrededores.