La basílica de Santa Clara, construida entre 1257 y 1265, tiene una gran importancia histórica y espiritual. La iglesia tiene el nombre de Santa Clara, una amiga y protegida de San Francisco, quien fundó la Orden de las Hermanas Pobres, que todavía tiene miles de miembros en la actualidad. Aprovecha la oportunidad para tomar fotos increíbles en la plaza, donde puedes disfrutar una vista impresionante de los valles que están al sur de Asís.
Antes de entrar a la basílica, contempla la hermosa fachada oeste, construida con franjas alternadas de piedra rosa y blanca, que también cuenta con arcos de soporte a cada lado. Observa con atención el exquisito tallado del rosetón de rueda, que decora la pared frontal de la iglesia y tiene relieves de leones a los lados.
Avanza despacio por la nave central de la iglesia hasta llegar al pequeño ábside, que cuenta con un crucifijo pintado del siglo XIII que cuelga sobre el coro. Observa el crucifijo de madera del siglo XII bien conservado en el Oratorio del Crucifijo, que se conecta con la nave central por el lado sur. Se dice que este emblema le habló a San Francisco en San Damián y le ordenó que dejara la vida de lujo y excesos para servir a Dios y a la iglesia.
Baja a la espaciosa cripta neogótica para ver la tumba de Santa Clara. Su cuerpo se conserva en el lado este de la cripta y una capa de cera protege su cara. En el extremo oeste de la cripta, puedes ver algunas reliquias franciscanas importantes, como las túnicas utilizadas por San Francisco y Santa Clara, así como algunos rizos del cabello de Clara cortados por Francisco. La cripta se construyó en el siglo XIX, después del descubrimiento del cuerpo de Santa Clara en 1850, el cual había estado oculto debajo del altar principal durante 6 siglos.
La basílica de Santa Clara está abierta todos los días, aunque el horario varía según la temporada y normalmente se cierra a la hora de la comida, y se puede visitar de forma gratuita. Visita la basílica en la mañana para evitar encontrarte con las multitudes que llegan en los camiones turísticos todos los días. Hay una misa en la mañana, lo que demuestra que, además de una reliquia histórica, la basílica es un espacio activo de adoración religiosa.