Basílica de Wilten

Foto proporcionada por © Austrian National Tourist Office/ Diejun


Viaja a esta elaborada iglesia rococó, a donde los peregrinos cristianos han acudido en grupos grandes durante siglos.

La Basílica de Wilten ha atraído peregrinos a la región tirolesa desde el siglo XIV. Los peregrinos vienen a ver la estatua de la Virgen María, la cual está enmarcada por cuatro columnas doradas y ubicada debajo de un ornamentado baldaquín. Alrededor de la estatua y en toda la iglesia se exhiben piezas de arte como murales, estatuas y elaborado estuco.

Las ruinas halladas aquí sugieren que la iglesia ha ocupado este lugar desde los tiempos tempranos de la cristiandad. La iglesia fue reconstruida por miembros de una orden religiosa católica romana en 1259, pero la versión rococó que puedes ver ahora es resultado de la remodelación de 1756. El propósito de esta reconstrucción fue darle a la reverenciada estatua de arenisca de la Virgen un hogar digno. La estatua y las columnas circundantes, usualmente llamada Nuestra Señora de los cuatro pilares, han sido el destino de peregrinajes desde la Edad Media debido a su belleza e importancia histórica.

La fachada de la iglesia no es un indicio de la riqueza en obras de arte del interior. Dos torres flanquean el techo central, y el atractivo diseño blanco y dorado es muy simple. Al entrar, el elaborado tributo a la Virgen María cautivará tu vista. Los intrincados murales de Matthaus Gunther decoran los muros y representan escenas de la vida de María. Admira el estuco y estatuas elaboradas por los reconocidos artistas Franz Xavier Feichtmayr y Anton Gigl.

Los detalles del interior requieren observarse con detenimiento, así que planea dedicar un buen rato a la basílica. El generoso uso de mármol blanco, los elevados arcos y los suaves tonos rosa, verde y dorado usados por los artistas le dan al espacio una sensación de paz y de luz.

La Basílica de Wilten se ubica en el límite al sur de Innsbruck, a unos 20 minutos en coche del centro de la ciudad. Está abierta todos los días y la entrada es libre. Ten en cuenta que es una de las atracciones más famosas de Innsbruck y puede ser muy concurrida los fines de semana y días feriados. Es fácil llegar a la basílica en tren o autobús.

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