A diferencia de las suaves olas de las playas del oeste, las aguas de la playa Bathsheba Beach tienen un oleaje muy fuerte. El océano Atlántico golpea la costa con una fuerza lo suficientemente poderosa como para atraer a los surfeadores más competitivos.
Si eres un surfeador de primera, sigue el trayecto de los demás para encontrar los mejores y más seguros lugares. Verás peculiares rocas con forma de hongos emerger entre las aguas. Ten cuidado, ya que debajo de la superficie puede haber más rocas de coral, de tamaño significativo, que se han desprendido del arrecife que rodea a la isla. También hay corrientes submarinas extremadamente fuertes y casi constantes.
Si no eres un surfeador experimentado y con aptitudes para este deporte, es mejor mirar de lejos que practicar esta actividad. Haz de esto un juego y predice cuál de los surfeadores atrapará primero una ola o cuál atrapará la más grande. Con el cálido sol, la brisa refrescante y un mar turquesa, querrás aprovechar varias horas para relajarte en este lugar.
Cuando baja la marea, podrás disfrutar de los marismas que se forman en el interior de la playa. Con un agua calentada por el sol y el suave remolino propio de las olas, se forma un tina natural. Trae algo para hacer un picnic bajo la sombra o visita uno de los restaurantes informales en el acantilado con vista a la playa.
Asegúrate de traer tu cámara para tomar maravillosas fotos del paisaje, ya sea de los acantilados rocosos, el follaje de la isla, el cielo azul o las olas turquesas con espuma blanca. Seguramente, elegirás una de estas fotos como protector de pantalla de tu computadora cuando regreses a casa.
Bathsheba Soup Bowl es un lugar especialmente popular para practicar surf. Quienes visitan habitualmente este lugar lo llaman el “Paraíso de los surfeadores”.
Llegar a Bathsheba no es fácil, pero vale la pena el esfuerzo. Toma un tour de Bridgetown o un taxi. Hay un autobús público con servicio de traslado desde y hacia Bridgetown cada hora durante el día. Si rentas un coche, prepárate para conducir 19 kilómetros (12 millas) por una carretera irregular. El estacionamiento limitado se llena rápidamente en los mejores días. Por este motivo, llega temprano para encontrar lugar. Si regresas a Bridgetown al mediodía, haz una parada en el Jardín de Hunte para disfrutar de un valle con flores coloridas mientras pruebas un ponche de ron y escuchas música relajante de fondo.