Todas las paredes de la casa son de cristal, la luz que entra y la amplitud de la estancia con la vista de monte alrededor hacen de esta casa una nueva experiencia.
El clima no nos acompañó pero la casa está situada entre Zamora, Salamanca, y Oporto, tres ciudades que merece la pena visitar. Luis, el dueño, nos aconsejó diferentes restaurantes para comer, pero en cualquier restaurante la amabilidad y la gastronomía son inmejorables. Muy buena elección.