"Me alojé en una casa del siglo 14 con una parte añadida del siglo 19, y puedo decir que fue una experiencia... interesante. La decoración era auténtica, con muebles antiquísimos que parecían haber sido tallados por los mismos dueños de la casa. El problema es que la comodidad parecía ser un concepto desconocido en aquella época.Las sábanas tenían manchas misteriosas que parecían haber sido impresas allí desde la Edad Media, y los colchones eran como si hubieran sido rellenos de paja y luego olvidados en un rincón del castillo. Y el olor a humedad... ¡eso era lo mejor! Era como si la casa estuviera tratando de decirme que no era bienvenido.Pero el baño fue el broche de oro de esta experiencia. Los azulejos antiguos eran una delicia, pero la cisterna se quedó pillada y estuvo soltando agua durante toda mi estancia, como si estuviera tratando de recordarme que estaba en un lugar donde la tecnología era un concepto lejano. Y la bañera... ¡la bañera era un sueño! Con la típica alfombrilla de plástico que parecía haber sido colocada allí en los años 80 y nunca cambiada. Era como si el tiempo se hubiera detenido en aquel baño.En resumen, si buscas una experiencia de alojamiento que te haga sentir como si estuvieras en una película de terror medieval, esta casa es perfecta para ti. Pero si prefieres algo un poco más... cómodo y funcional, quizás debas buscar en otro lugar."
