Camina por los senderos de la costa, disfruta de algunos de los mejores paisajes del mar y relájate en las caletas ocultas de Cabo Manza.
Shō Kei, el rey de Ryukyuan, llegó a esta zona por primera vez a principios del siglo XVIII y le dio el nombre de Cabo Manza. Se sintió tan inspirado por la extensión de las praderas que le otorgó un título que se traduce literalmente como "el campo en el que pueden sentarse diez mil hombres". Esa extensa pradera sigue existiendo en la actualidad. Aprovecha este lugar de descanso como un excelente punto de partida para explorar la costa de Cabo Manza.
Mira hacia abajo cuando camines por el borde del acantilado para ver las formas de colores brillantes de los lechos de coral justo debajo de la superficie del agua. En un día soleado se pueden divisar los cardúmenes de peces que nadan en el agua cristalina. Observa con detenimiento la pared del acantilado y verás unas rocas que se asemejan a una trompa de elefante que quiere tocar el mar.
Explora aun más el camino costero en cualquier dirección para descubrir más bahías de arena blanca donde puedes nadar o tomar sol, muy a menudo, sin nadie más alrededor.
Quédate hasta la noche para presenciar una espectacular puesta de sol desde el cabo. Como la costa está orientada al noroeste, los atardeceres durante los meses de verano son particularmente impresionantes.
Maneja una hora hacia el norte desde Naha para llegar a Cabo Manza. Además, hay camiones turísticos que salen de la terminal de la ciudad en distintos horarios durante el día.