Las Cascadas de Trummelbach son las cascadas subterráneas más grandes de Europa y están formadas por diez saltos de agua ocultos dentro de una montaña. Esta gran cascada de diez niveles tiene su origen a una altura de 139.9 metros (459 ft) y cada segundo caen aproximadamente 20,000 litros (5,300 galones) de agua.
Para acercarte a esta imponente atracción natural, toma el elevador que pareciera estar tallado en la roca. Este elevador te llevará hasta la cascada más alta y, desde allí, puedes caminar por un conjunto de pasarelas peatonales y descender las escaleras hasta llegar al resto de los saltos de agua. También podrás ver algunas de las cascadas desde ventanas que fueron talladas en la roca.
Párate en los pórticos y siente el rocío de las cascadas mientras el agua cae a tu lado. El agua cae con tanta velocidad que algunos visitantes comparan el estruendo con el rugido de un león. Presta atención mientras caminas por los túneles y los pasadizos escasamente iluminados, ya que el agua hace que las superficies queden resbalosas.
Durante tu recorrido detente para observar las inusuales formas de algunas de las rocas. Fueron esculpidas por miles de años de erosión causada por el agua de deshielo proveniente de las montañas Eiger, Mönch y Jungfrau.
Las Cascadas de Trummelbach se encuentran a solo 3.2 kilómetros (2 mi) de Lauterbrunnen, en el Valle de Lauterbrunnen. La región es conocida como el valle de las 72 cascadas debido a la gran cantidad de saltos de agua que presenta. Entre ellas están las impresionantes Cascadas de Staubbach, que caen desde casi 300 metros (1,000 ft) de altura y terminan en un valle. Pasarás cerca de estas cascadas si haces una excursión por la pradera desde Lauterbrunnen hasta Trummelbach. También puedes llegar en camión o auto.
Las Cascadas de Trummelbach están abiertas todos los días desde la mañana hasta últimas horas de la tarde entre los meses de abril y noviembre. Durante julio y agosto suelen estar abiertas hasta un poco más tarde. Se cobra una cuota de entrada y hay descuentos para niños. Dedica al menos una hora para recorrer las cascadas y, luego, termina tu visita en el café de la entrada.