La Catedral de Lisboa (Santa Maria Maior de Lisboa) es una visita obligada para los amantes de la arquitectura. Es la estructura religiosa más antigua de Lisboa. Fue modifica en varias ocasiones, por lo que refleja diversos estilos arquitectónicos.
Pasea por la catedral para ver ejemplos de diseño de los períodos románico, gótico y barroco. El primer rey de Portugal, Afonso Henriques, estableció esta iglesia en el sitio de una antigua mezquita. Desde entonces, funciona como una Iglesia Católica Romana y es la sede de la diócesis de Lisboa.
Uno de los elementos más destacados de la catedral es la fachada similar a la de una fortaleza, que fue construida en el siglo XII. La fachada confiere una apariencia amenazante, lo que permitía que la catedral se pudiera utilizar para proteger a los guardias durante un asedio.
Pasea por la fachada orientada al Oeste, que todavía presenta una serie de llamativos detalles originales. Observa los motivos románicos en la parte superior de las columnas esculpidas del portal.
Camina por su interior para ver la impresionante bóveda gótica. Busca la sacristía de estilo barroco, que se erigió en el siglo XVII. Camina hasta la capilla principal de estilo neoclásico, donde se conserva la tumba del rey Afonso. También puedes ver la fuente donde se cree que San Antonio de Padua fue bautizado en 1195 d. C.
El rey Dinis de Portugal ordenó la construcción de un claustro de estilo gótico en el lado este de la catedral a finales del siglo XIII. Sufrió daños importantes en un terremoto. Sin embargo, los restos aún se pueden ver en la actualidad.
La Catedral de Lisboa se encuentra en la zona de Alfama. Puedes llegar en tranvía o a pie desde otras atracciones en el centro histórico. Hay un pequeño cargo para ver el claustro y la sacristía.
La catedral está abierta de lunes a viernes. Planea tu visita por la mañana para evitar la aglomeración de personas. Además, es un horario especialmente hermoso para visitarla, ya que la luz de la mañana se filtra a través de las ventanas.