Entre los palacios y mansiones que deleitarán tu mirada, sin duda, el que más llamará tu atención es la Catedral de Noto, situada en la Piazza Municipio. Asómbrate con su fascinante domo y torres blancas en el exterior, además de los magníficos frescos y obras de arte resguardadas en su interior.
Párate frente a la catedral para admirar las columnas simétricas, techo de poca pendiente y las torres de la fachada de color arena. En los costados de la entrada principal se encuentran dos grandes campanarios rodeados de estatuas de santos tallados en yeso blanco. Al igual que la mayoría de los edificios de Noto, la catedral se construyó durante los siglos XVII y XVIII. Se le considera uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura barroca.
Ve hacia la parte trasera de la plaza, cerca del Palazzo Ducezio. Aquí empezarás a ver la enorme cúpula que se asoma por encima del exterior de la catedral. La cúpula se colapsó casi seis años después de un terremoto en 1990, pero se reconstruyó en 2007 utilizando restos de la original. Mira hacia lo alto del pico para admirar uno de los monumentos más emblemáticos de Noto.
Tres tramos de escaleras preceden el camino a la entrada principal de la catedral. En su interior podrás apreciar la iluminación y el amplio espacio que brindan su techo alto y las múltiples ventanas. Su pretendió que su diseño fuera minimalista, no obstante, notarás varias piezas artísticas mientras la recorres. Pasa debajo de la cúpula para descubrir los frescos que adornan el techo en la parte trasera de la catedral. Estas complejas pinturas retratan importantes pasajes bíblicos.
La Catedral de Noto se encuentra en la Piazza Municipio, cerca del centro de la ciudad. Está abierta todos los días y se cobra una pequeña tarifa de entrada. Desde la catedral puedes dirigirte a la mayoría de las atracciones de Noto, o si prefieres, puedes tomar un autobús.