Con su elegante fachada al estilo gótico, la catedral de Saint-Vulfran es uno de los lugares más emblemáticos de Abbeville. La iglesia del siglo XVII es un centro religioso lleno de arte, con su gran variedad de esculturas, su impresionante decoración y su magnífica arquitectura. Siéntate en una banca y disfruta el ambiente relajado en el hogar espiritual de Abbeville.
Relájate en la enorme plaza y el jardín que están afuera de la catedral. La plaza de adoquín es totalmente peatonal. Toma fotos de la imponente fachada que se parece a la catedral de Notre Dame, en París. Ingresa por el portal principal y pasea por la nave central relativamente pequeña para disfrutar el ambiente tranquilo y encantador. Observa el área del coro y los impresionantes diseños del techo.
Toma un tour guiado por la iglesia en la tarde para conocer su fascinante historia y ver los tesoros artísticos que se exhiben. Contempla el Nacimiento que está en el altar. Contempla las fascinantes estatuas de la Virgen María, creadas por el artista Pierre Lheureux. Descubre los impresionantes vitrales creados por el artista William Einstein.
La iglesia se construyó originalmente en el siglo XIII y se reconstruyó casi por completo en los años 1600. Sufrió grandes daños durante la Segunda Guerra Mundial, y se restauró a su grandeza original durante el siglo XX. Organiza un tour guiado en la oficina de turismo, que está en las cercanías. Se cobra una módica cuota, excepto para los niños y los adolescentes.
El horario de atención varía según el día de la semana y la época del año. Normalmente, la iglesia está abierta desde la mañana hasta las últimas horas de la tarde, con un horario extendido los domingos y lunes.
La catedral de Saint-Vulfran está en la importante calle que lleva el mismo nombre, en el centro de la ciudad. Está a 5 minutos a pie al este del río Somme, en una zona llena de tiendas y restaurantes. El Beffroi, uno de los campanarios más antiguos de Francia, está en los alrededores. Hay lugares de estacionamiento afuera de la iglesia.