Pasea por las calles de adoquín de Gengenbach para conocer el pasado de Alemania. Las vigas geométricas de sus casas de entramado de madera y las torres con techo de aguja de la iglesia hacen que la ciudad parezca salida de un cuento folclórico antiguo.
Gengenbach ha sido el hogar de celtas, romanos y abadías medievales, aunque la mayor parte de la ciudad se incendió hacia finales del siglo XVII, durante una guerra con Francia. Visita la ciudad en la actualidad y averigua cómo se recuperó de aquella devastación para después prosperar como centro de actividades para los artesanos de la región.
Pasea por la zona antigua (Altstadt) para disfrutar el ambiente histórico. Observa diferentes sitios de interés, como la Rohrbrunnen, una fuente emblemática que muestra la imagen de un caballero, y la gran torre anaranjada de la Torre de la Puerta de Kinzig. Observa los restos de las fortificaciones antiguas que rodean la ciudad.
Observa también los edificios pintorescos del Engelgasse (callejón del ángel). Esta calle peatonal es uno de los mejores lugares de la ciudad para ver las casas de entramado de madera que caracterizan a la arquitectura del viejo mundo en esta región.
Explora el elegante Ayuntamiento del siglo XVIII, que es uno de los edificios más famosos de Gengenbach. Las 24 ventanas de la fachada simétrica de color rosa se convierten en un calendario de adviento gigante en diciembre de cada año. Visita esta zona durante el invierno para disfrutar el ambiente festivo de los famosos mercados navideños de Alemania.
Conoce los diferentes aspectos de la historia de Gengenbach en los museos y sitios patrimoniales de la ciudad. Contempla los diseños barrocos de la Abadía de Gengenbach y la Iglesia de Santa María, que son dos de los lugares de interés más fáciles de reconocer en la zona. El Museo de Balsas de Madera y Transporte muestra la forma en que el río Kinzig generó el comercio en la región.
Gengenbach se encuentra en la región central del Bosque Negro. Los trenes salen desde aquí hacia otras ciudades más grandes, como Offenburg, que cuenta con conexiones interurbanas hacia el resto de Alemania. Cuando estés aquí, deja atrás todos los medios de transporte y explora la región a pie para avanzar a tu propio ritmo por las bellas calles y los callejones de la ciudad.