La iglesia de San Miguel fue un encargo del duque Guillermo V de Baviera, y se construyó a finales del siglo XVI. Era una iglesia jesuita de estilo renacentista, un símbolo de la fuerza del catolicismo en una época de divisiones en el cristianismo. Hoy en día sigue siendo una de las iglesias renacentistas más importantes al norte de los Alpes.Una elegante fachada triangular corona la parte frontal de la iglesia. Contempla la figura de San Miguel Arcángel en plena batalla, situada en un rincón de la parte inferior de la fachada.
Dentro de la iglesia encontrarás otra imagen de San Miguel, esta vez en el altar mayor. La iglesia está dividida en áreas, que representan los diferentes momentos de la vida de Jesús. Destaca la representación del niño Jesús en el muro interno. Toma asiento en los bancos para contemplar el techo abovedado, que es la segunda bóveda más grande del mundo. La iglesia es un lugar luminoso y espacioso gracias a este estupendo techo y a los grandes ventanales de la entrada, que permiten la entrada de la luz.
En la iglesia de San Miguel se encuentra también la cripta real, que contiene las tumbas de muchos personajes importantes de la familia Wittelsbach. El rey loco Luis II y el rey Otto de Baviera son algunos de los cuarenta miembros de la dinastía Wittlesbach, cuyos restos descansan aquí.
La música es una parte fundamental de la vida espiritual de la iglesia de San Miguel. Artistas de la talla de Joseph Gabriel Rheinberger, Orlande de Lassus y Caspar Ett han honrado la iglesia con su música. A menudo, la iglesia alberga actuaciones de su aclamado coro y orquesta.
La glesia de San Miguel abre todos los días. Es fácil llegar en el transporte público por la Karlsplatz, que está muy cerca caminando por la calle.