Durante nuestra estancia lo más desagradable que nos ocurrió fue al momento de bañarnos, casi no había agua y la que salía tenía un olor horrible, al punto que algunas piezas de ropa que se supone que estábamos enjuagando quedaron con este olor espantoso y al llegar a casa tuvimos que dejar en jabón por algunas horas, tuvimos que esperar un rato para poder darnos un baño medianamente decente y ya con el miedo por que no confiabamos en la procedencia de esa agua, no me queda duda que el agua del grifo no era apta para consumo cosa que nadie nos informó, pero nosotros tomamos nuestras precauciones gracias a Dios.
El check-in tardo bastante y los pasamanos de la escalera de nuestra habitación se estaban cayendo.
Las áreas públicas del hotel son muy bonitas, la comida y la atención en el restaurante es buena, playa privada aunque es más rocosa que de arena, la habitación sencilla pero espaciosa y cómoda.