El lago de Ginebra, o Lac Léman como lo conocen los franceses, es el lago más grande de Europa Occidental. Cruza la frontera entre Suiza y Francia y está rodeado de ciudades y pueblos encantadores, viñedos frondosos y los nevados Alpes de Vaud.
Ginebra domina el extremo sudoeste del lago de Ginebra, donde se une con el río Ródano. A esta ciudad internacional se la apoda la capital de la paz. Busca la emblemática Jet d’Eau, un enorme chorro de agua que llega a 140metros (460ft) de altura.
Lausana es más pequeña que Ginebra, pero también es una ciudad hermosa. Explora el barrio antiguo, solo para peatones, y su famosa catedral. El Museo OlímpicoSe abre en una nueva ventana de Lausana se merece una medalla de oro. La competencia de atletismo más antigua del mundo cobra vida a través de sus exhibiciones interactivas y el parque de esculturas.
MorgesSe abre en una nueva ventana es el vecino más pequeño de Lausana, conocido por su Festival del Tulipán anual en el que florecen miles de pimpollos. Morges es la puerta de entrada a La Côte en la tierra del vino de Vaud. Deléitate con una cata de vino en uno de sus famosos viñedos.
Gracias a su clima mediterráneo, la región que rodea VeveySe abre en una nueva ventana se conoce como la Riviera suiza. Visita la sede mundial de Nestlé, una de las empresas alimentarias más grandes del mundo realiza un paseo por la fábrica y prueba el chocolate. La estrella del cine mudo, Charlie Chaplin, vivió muchos años en esta zona.
Continúa por MontreuxSe abre en una nueva ventana, la joya de la Riviera suiza. Esta gran ciudad siempre ha atraído a ricos y famosos el más conocido fue el líder de Queen, Freddie Mercury. Visita el Palacio de Montreux y otros edificios lujosos de la Belle Époque y asiste a alguno de los festivales anuales de música que se llevan a cabo allí.
En la costa este del lago, realiza un paseo por el castillo de ChillonSe abre en una nueva ventana, uno de los castillos más visitados de Europa. Con su historia fascinante y su ubicación impresionante, es fácil comprender el atractivo. El castillo se encuentra en una pequeña isla rocosa del lago de Ginebra y cuenta con su propia plaza privada.
El lago de Ginebra es una delicia para visitar en cualquier época. De hecho, te puedes quedar aquí durante muchos meses sin llegar a ver todo lo que tiene para ofrecer.