La ciudad de Launceston fue establecida a principios del siglo XIX, a orillas del río Tamar. Cuenta con uno de los precintos interiores mejor preservados en toda Australia, donde aun se conservan muchos de los edificios que se remontan a los primeros asentamientos. Si bien esta es la segunda ciudad más grande de Tasmania, la población es relativamente pequeña, así que conserva una atmósfera bastante amigable. La campiña que rodea a la ciudad es una de las más bellas de la región, con viñedos, granjas de ovejas, campos de lavanda y hermosos pueblos y aldeas.
Camina por las calles y admira estos antiguos edificios. Las restricciones inmobiliarias de Launceston han permitido conservar un horizonte de edificios más bien bajo, al tiempo que se ha preservado el legado local. En la zona centro, podrás ver los inmaculados edificios estilo georgiano y victoriano. Las Casas Franklin y Macquarie son dos de las más destacadas, así que aprovecha la oportunidad para conocerlas por dentro. Muchos otros edificios tienen restaurantes que ofrecen productos gourmet locales y vinos exquisitos de la región.
Si eres amante del arte o la historia, dirígete al Museo y Galería de Arte de la Reina Victoria. Abarca dos sitios y alberga una colección increíble de arte de Tasmania y exhibiciones enfocadas en la historia local. Trae a tus niños a explorar el Family Art Space (Espacio Artístico para la Familia) y la zona de ciencias interactivas, conocida como "Phenomena Factory" (Fábrica de Fenómenos).
Si te fascinan los coches, procura visitar el Museo Nacional del Automóvil de Tasmania. Aquí hallarás vehículos emblemáticos de Australia además de motocicletas clásicas. Únete a una visita guiada por la Cervecería de James Boag e Hijo. Aquí podrás aprender acerca del proceso de destilación y probar algunas variedades de cerveza de Tasmania. Relájate en el Parque de la Ciudad, hogar de los jardines botánicos, un recinto de macacos y el museo del radio.
Sal de la ciudad y explora la Reserva de Cataract Gorge. Las veredas para caminar ofrecen varios niveles de dificultad, y también puedes nadar en el cañón. Para tener mejores vistas, súbete a las telesillas que te llevan al otro lado del cañón. También hallarás áreas de juegos, cafés y una alberca en esta zona. Si todavía te queda tiempo, dirígete a Tamar Valley, donde podrás degustar algunos de los vinos que se producen en los viñedos cercanos.