La casa está situada en una parroquia muy tranquila, tiene unas estupendas vistas de la ría de Pontevedra, gracias a que está situada en alto y a sus magníficos ventanales. Es una casa muy amplia y además, los ventanales y que no haya persianas, sólo estores si los quieres echar, hace que la sensación del espacio sea mayor. Tiene además jardín donde pueden jugar los niños y la playa se encuentra muy cerquita, menos de 10 minutos si por ejemplo se va a la playa de Aguete, una playa que nos gustó mucho y donde se aparcaba de forma muy fácil. María, la dueña de la casa, nos trató de forma muy cordial, antes de llegar a Ardán atendió todas nuestras preguntas y una vez allí, nos ayudó en todo lo que le pedimos. Una casa para repetir. Estuvimos muy a gusto.