La casa es exactamente como se ve en las fotos, con una magnífica piscina desde la que contemplar espectaculares puestas de sol tras las montañas y el color tan característico de sus colores. Pero lo mejor del alojamiento es su dueña, Úrsula, que siempre ha estado dispuesta a charlar un rato respetando nuestra intimidad. El alojamiento es perfecto para una etapa de recarga de pilas y aislamiento (tan necesario en estas fechas), y da una seguridad total por la limpieza y tratamiento de Úrsula. Además, la localización es magnífica, suficientemente aislado para estar tranquilo, y suficientemente cerca de la costa y del pueblo para disfrutar de las opciones que da la isla.