Al caminar por la orilla del arroyo Town Brook en Plymouth, detente a escuchar el sonido silbante del agua al mover la rueda del Molino de granos de Plimoth. Cuando está en funcionamiento, el antiguo molino puede hacer que sea fácil olvidar en qué siglo te encuentras. Ingresa al molino para profundizar tus conocimientos sobre el trabajo y la economía colonial que dependían de este tipo de tecnología. Vas a salir de allí con un verdadero aprecio por el esfuerzo que tenían que hacer los peregrinos para sobrevivir.
El Molino de granos de Plimoth que construyó John Jenney en 1636 fue el tercero y el más exitoso de su tipo en Plymouth. Si bien el molino original se quemó en 1837, la versión que ahora se encuentra en el lugar es una reconstrucción realmente auténtica. Observa su mecánica y su diseño, prácticamente idéntico al que utilizaban los primeros habitantes de Estados Unidos para convertir el grano de maíz en maicena.
Cuando ingreses al molino, observa la impresionante energía que el molino absorbe del arroyo. Piensa en cómo esta tecnología contribuyó a aliviar el sufrimiento de los peregrinos. En la tienda del museo puedes comprar un poco de la maicena molida a la piedra que se produce aquí. También puedes comprarla en línea.
El molino se encuentra junto al Museo Jenney, una casa del siglo XVIII que alberga exposiciones sobre la historia del Molino de granos de Plimoth y la tecnología del molino. Muchas personas consideran que el tour guiado con el propietario es la parte más importante de la excursión al molino. Vestido con su atuendo típico peregrino, él te agasajará con la historia de cómo los peregrinos lucharon por su libertad de culto.
Una visita al Molino de granos de Plimoth es la mejor manera de pasar parte de tu recorrido por el parque Brewster Gardens. Si llegas en auto, utiliza el estacionamiento cercano. Visita el sitio web del museo para ver las actualizaciones de la lista de exposiciones educativas e interactivas que se ofrecen allí. Si visitas el lugar durante la primavera, busca en el agua que rodea al molino un raro avistamiento de la pinchagua, una especie casi en peligro de extinción.