Según su lema, Monkey Jungle es el lugar “donde los humanos están en jaulas y los monos andan sueltos”. La reserva de 12 hectáreas (30 acres) es hogar de 400 monos, muchos de los cuales viven en una selva tropical especialmente elaborada para ellos. A diferencia de un zoológico común, algunas de las especies corren libres mientras que nosotros, los Homo sapiens, observamos desde veredas protegidas. ¡Seguramente te preguntarás quién está mirando a quién!
Monkey Jungle inició casi por accidente en 1933 cuando un naturalista autodidacta, Joseph DuMond, liberó a seis macacos de Java en la densa maleza de Florida para observar sus hábitos de supervivencia. El experimento fue un éxito y la reserva se convirtió en uno de los pocos hábitats protegidos para primates en los Estados Unidos. Hoy en día, hay más de cien descendientes de aquellos monos de Java, y los descendientes del propio DuMond continúan proporcionándoles un ambiente seguro. Alrededor de 30 especies de otros primates hacen compañía a los macacos comedores de cangrejos. Las especies sudamericanas se sienten como en casa en su propio hábitat de la selva del Amazonas.
Cuídate porque algunos residentes de Monkey Jungle bajarán rápidamente de las alturas con un tazón cuando pases cerca de ellos. Quieren que les des cacahuates y fruta que puedes comprar en la entrada. Los otros monos son libres para recolectar su propia comida, aunque también hay horarios especiales para alimentarlos. Los encargados del parque dan fruta a los monos e información a los visitantes. Conoce las especies en peligro de extinción como el pequeño tamarino león dorado, grandes y peludos orangutanes y gorilas gigantes. Observa las acrobacias y piruetas de los orangutanes durante el espectáculo "Hangin’ with the Orangs". Un favorito del público es la alberca Wild Monkey Swimming Pool, donde los inteligentes macacos se sumergen para atrapar comida del mar.
Monkey Jungle se ubica a 44 kilómetros (27 millas) al sur del centro de Miami, en Cutler Bay, South Dade. El estacionamiento es gratuito. La admisión es un poco cara, aunque parte del costo se dona para proteger a las especies en peligro. Los niños menores de tres años entran gratis. El parque está abierto todos los días y hay visitas guiadas disponibles durante el día. Asegúrate de hacer tu reservación con anticipación, ya que las visitas guiadas tienen mucha demanda.