Párate en la cima de los riscos de Point Loma y estarás en el primer territorio que el navegante portugués Juan Rodríguez Cabrillo habría visto antes de entrar en la Bahía de San Diego el 28 de septiembre de 1542. Una impresionante escultura de cuatro metros (14 pies) hecha de piedra caliza conmemora a Cabrillo como el primer europeo que puso pie en la costa Oeste de Norteamérica.
La historia de Cabrillo se relata en el Centro de Visitantes, donde exposiciones como "The Age of Exploration" (La Era de la Exploración) te llevan por las penurias y privaciones de la vida en el mar durante el siglo XVI. Cada año se celebra un festival por la fecha en que llegó Cabrillo. Puedes ver una recreación de su llegada durante el evento que dura todo el fin de semana.
La importancia histórica de este lugar sólo se compara con su belleza natural. Desde aquí tendrás una vista magnífica de San Diego y en un día despejado de invierno, hasta podrías ver una parte de México. El invierno es la mejor época para ver la migración anual de las ballenas. Fija tu mirada en el horizonte y quizá veas una cola o un chorro de agua.
El monumento está rodeado por un parque nacional aún más grande y las caminatas cortas por aquí bien valen la pena. Camina hacia el faro de Point Loma, uno de los más antiguos en la costa Oeste, donde encontrarás una réplica restaurada·de la estructura de la década de 1880, así como información sobre cómo vivian el cuidador del faro y su familia. Otra opción a pie es caminar alrededor de las cimas de los riscos, lo cual te tomará alrededor de dos horas.
En un día caluroso, asegúrate de visitar las marismas en el lado Oeste del parque. Puede ser un excelente lugar para refrescarte. La playa aquí es un lugar placentero para disfrutar unos momentos de paz y tranquilidad. Solo puedes llegar a esta área en coche.
El Monumento Nacional Cabrillo está abierto todos los días del año excepto en Navidad.