La muralla romana de Zaragoza rodeaba la ciudad cuando esta era una colonia romana conocida como Caesaraugusta. Alguna vez la muralla fue muy poderosa y, aunque ahora solo verás fragmentos esparcidos por la Zaragoza moderna, las ruinas te darán una noción tangible del pasado romano de la ciudad.
Los romanos fundaron la ciudad en el siglo XIV a.C. y la llamaron Caesaraugusta, nombre del cual deriva el nombre moderno, Zaragoza. Las murallas de la ciudad se construyeron a partir del siglo III. Originalmente se extendían por más de 3,000 metros (9,800 ft) y contaban con 120 torres de defensa. Después de la caída de la civilización romana, los gobernantes posteriores, incluidos los visigodos y los musulmanes, siguieron utilizando las murallas para defenderse de los ataques. La mayor parte de la muralla original fue destruida en el siglo XV, cuando la ciudad comenzó a expandirse más allá de sus fronteras.
En la Avenida de César Augusto, puedes observar uno de los tramos más largos que quedan de la muralla. Con más de 80 metros (260 ft) de largo, esta sección, al igual que la muralla original, se construyó con relleno de mortero duro, junto con alabastro y losas de caliza en el exterior. Las murallas alguna vez tuvieron 10 metros (33 ft) de altura y 7 metros (23 ft) de grosor en muchas secciones.
Presta atención a una estatua de bronce del emperador Augusto, situada cerca de la sección todavía visible de la muralla. La estatua, que fue un regalo a Zaragoza por parte del Gobierno italiano en 1940, es una réplica de bronce de la original que se encuentra en el Vaticano. Fíjate bien en el peto de la estatua y busca símbolos de algunos de los lugares que conquistó Augusto. En la fachada de alabastro, detecta los cuatro nombres diferentes por los que Zaragoza ha sido conocida durante siglos.
Este tramo de muralla termina en el Torreón de la Zuda, una torre que fue parte del sistema de fortificación medieval de la ciudad. Construida sobre las murallas romanas en el siglo X, la torre es la única pieza que queda de un gran palacio morisco. Entra y podrás disfrutar de una exposición de fotografías y cuadros antiguos, además de una plataforma de observación con vistas a la ciudad.
La muralla romana puede verse a cualquier hora del día. Visítala por la tarde y verás cómo un juego de luces realza su enigmática presencia.