En el Museo Kruger, que se encuentra en el interior de su antigua morada, podrás aprender acerca de la vida del héroe de Pretoria Paul “Tío Paul” Kruger. Observa elementos interesantes, como el cuchillo que el presidente de la República de Transvaal utilizó para cortarse el pulgar, conoce acerca de su exilio en Europa y mira cómo vivieron él y su esposa a finales del siglo XIX.
Cuando los británicos invadieron la República de Transvaal a principios del siglo XX, el presidente Kruger lideró la resistencia en su contra. Encuentra su estatua en el centro de la Plaza de la Iglesia a pocas cuadras al este del centro de Pretoria.
Kruger vivió en el edificio que ahora alberga el Museo Kruger desde 1884 hasta su exilio en 1900. Camina por los ambientes restaurados de su hogar. Podrás encontrar muebles de época, incluidas muchas de las pertenencias originales de Kruger, que están colocadas exactamente como cuando él vivía aquí. Observa los leones de piedra en la entrada principal. Fueron un regalo de cumpleaños que Kruger recibió de un magnate de la minería en 1896.
Una vez que hayas recorrido los ambientes de la casa, visita las dos salas de exhibiciones del museo para estudiar la vida de Kruger. Conoce su lucha contra el imperialismo británico, haz un seguimiento de su viaje por Europa tras haber sido expulsado de Sudáfrica y aprende sobre su muerte en Suiza en 1904. Identifica la barba larga y la cabeza calva que caracterizaban a Kruger en un busto de oro en honor al ex presidente.
Las exhibiciones permanentes cuentan con muchos objetos importantes de la vida de Kruger. Encuentra el cuchillo que utilizó para amputarse el pulgar después de sufrir un disparo. Mira el vagón presidencial en el que solía viajar por el país durante la guerra contra los británicos.
El Museo Kruger abrió sus puertas en 1934. Antes de convertirse en un museo, la residencia de Kruger albergó un hotel privado y una maternidad. Camina hasta el edificio contiguo para ver el sitio donde se encontraba la central de policía.
El Museo Kruger se encuentra al oeste de la Plaza de la Iglesia. Puedes llegar fácilmente a pie o en camión desde el centro de la ciudad de Pretoria. No hay estacionamiento en el museo, pero las calles de los alrededores tienen suficiente espacio de estacionamiento público. El museo está abierto todos los días y se cobra una cuota de admisión.
