Recorre dos siglos de historia marítima y pesquera de la ciudad en el Museo Marítimo de Stavanger. Los objetos que alberga van desde modelos de barcos a escala hasta la réplica de una tienda de principios del siglo XX.
Este recinto forma parte del Museo de Stavanger y ocupa dos antiguas bodegas portuarias, construidas entre 1770 y 1840. La exhibición permanente del museo incluye una colección de aproximadamente 7,500 objetos marítimos, 350 pinturas y 600 mapas. Examina restos arqueológicos y barcos a escala. Conoce cómo fue que Stavanger creció como una ciudad marítima luego del redescubrimiento del arenque en sus aguas, el cual había desaparecido por 30 años. Ve cómo fue cambiando la historia naviera de la ciudad, desde pequeños botes de madera hasta barcos de vela y naves de vapor hechas de acero.
El museo también tiene dos barcos de vela en exhibición: el histórico Anna af Sand, un barco de carga botado en 1848, y el Wyvern, un yate privado construido por encargo del mercader maderero de origen inglés, Frederick Croft, en 1894.
Dirígete al segundo piso, donde encontrarás la reconstrucción de una antigua tienda de principios del siglo XX. Conoce los productos utilizados por los habitantes de la ciudad, los granjeros y los marineros de aquellos días. En el tercer piso puedes ver el mobiliario original de una antigua agencia de trasporte de carga. Mira la réplica del departamento de un comerciante para conocer el estilo decorativo de principios de la década de 1900.
El museo también cuenta con actividades infantiles interactivas en el área de juegos para los más pequeños. Pueden jugar a ser capitán de un barco, trabajar como estibadores, platicar usando un teléfono de bodega y enviar postales, todo ello disfrazados con ropa de marinero de 1950.
El Museo Marítimo de Stavanger está a cinco minutos a pie del centro de la ciudad. Hay un estacionamiento de paga frente al recinto. Los horarios de operación varían dependiendo de la temporada, así que es mejor que consultes el sitio Web oficial para conocer los detalles. Permanece cerrado durante ciertos días festivos.
Hay audioguías gratuitas disponibles en la recepción. La módica tarifa de admisión incluye también la entrada al Museo Noruego del Enlatado.
