La casa está perfecta, tal y como aparece en las fotos. Muy bien amueblada, con gusto y todo lo necesario. Los vecinos que la atienden, Ani y José Antonio, son lo mejor, siempre atentos y disponibles y muy agradables, te hacen sentir acompañados y como en casa. Las vistas espectaculares y los alrededores muy bonitos, especialmente el Monasterio de Piedra, que es impresionante.