El alojamiento está muy bien cuidado, más aún si tenemos en cuenta que está en medio del monte.
Muy bien ubicado para poder ver toda la zona, pues está a media hora de todo, la única pega es que hay que coger el coche para poder acercarte al pueblo más cercano.
Muy tranquilo, en cuanto talen los eucaliptos de delante, tiene unas maravillosas vistas de la ría.
Estuvimos toda la familia, tres hijos ya mayores y el perro, no tuvimos ningún problema de espacio y nos organizamos muy bien.
En resumen, una experiencia positiva.