Dover Beach es una bella franja de playa pedregosa resguardada por los rompeolas del puerto y abrigada por los Acantilados Blancos de Dover. La playa y sus puertos circundantes son un lugar muy activo durante todo el año a donde los turistas y lugareños vienen a disfrutar la brisa marina. Pasea por el malecón y disfruta la vista del Castillo de Dover en lo alto de los acantilados, de los transbordadores en el canal y, en un día claro, la lejana costa de Francia.
Explora la playa desde un velero, un kayak o un bote de remos, los cuales puedes rentar frente a la playa. Niños y adultos pueden disfrutar de un área protegida designada para deportes acuáticos o explorar aguas más profundas con un recorrido guiado en una lancha de motor. En el área frente al mar encontrarás cafés, restaurantes y tiendas. Trae contigo tu almuerzo y dirígete a los acantilados o visita un café y disfruta de una taza de té English Breakfast mientras tratas de ver a las focas allá en el puerto.
Los senderos para excursionismo y para bicicleta serpentean a lo largo del río Dour hasta el malecón Dover Beach Promenade y hasta los Acantilados Blancos. Sigue el camino y dirígete en cualquiera de ambas direcciones para admirar un paisaje representativo de Gran Bretaña, con sus Acantilados Blancos, los cuales son visibles desde Europa continental.
Dover Beach está a 15 minutos a pie del centro de la ciudad y de las estaciones de autobuses locales. En la zona costera encontrarás un amplio estacionamiento, así como sanitarios públicos y una rampa para botes. El área está más concurrida durante el verano, cuando el clima es ideal para darse un chapuzón en el Canal de la Mancha y comer pescado con papas en la orilla. Dover Beach también es un destino relajante durante el invierno, en el cual podrás calentarte con una copa de ron en uno de los restaurantes con vista al mar mientras observas las luces de los transbordadores y los faros a lo lejos.