La Playa Forno, o Praia do Forno, es tan hermosa como cualquiera de las otras playas que convierten a Búzios en un destino tan popular. Sin embargo, esta playa también tiene una característica especial que la diferencia de las demás. Su arena tiene un color ligeramente rosado, lo que crea un hermoso contraste con el agua de color turquesa del océano. Trae tu cámara a este lugar encantador, pues seguramente querrás tomar muchas fotos.
"Forno" significa "horno" en portugués. Visita esta playa para averiguar de dónde viene este nombre. La playa se encuentra en una ensenada protegida, por lo que el aire es bastante caliente y circula poco. El color rosa de la arena aumenta la sensación de calor. Por supuesto, el color de la arena y la temperatura son cosas diferentes. En realidad, su color característico se debe a la alta concentración de hierro que contiene.
La playa tiene muchas opciones para mantenerte ocupado. El agua cristalina es ideal para nadar o pasear en kayak. Trae una máscara de snorkel para observar la vida marina. Las olas aquí suelen ser bastante pequeñas, por lo que es un destino muy seguro para una escapada familiar. Disfruta un día completo aquí al aprovechar las instalaciones básicas y útiles de la playa. Renta una sombrilla y disfruta los bocadillos que se venden en los puestos durante todo el día.
En un extremo de la playa hay una saliente de una roca. Nada alrededor para descubrir una pequeña playa aislada, donde la arena tiene un color rojo muy oscuro.
Cuando quieras cambiar de ambiente, abandona la Playa Forno y camina de regreso hacia la Rua das Pedras, que es el centro de actividad más importante de Búzios. Puedes llegar caminando a la encantadora calle principal de la ciudad en menos de 25 minutos. Observa uno de los impresionantes atardeceres que le dan fama a la orilla oeste de la península. En la mañana, regresa a la Playa Forno por el lado este para disfrutar otro día de diversión.