La casa es acogedora y preciosa, decorada con mucho gusto, en una pequeña aldea apartada de todo pero con todo lo necesario para pasar unos días tranquilos con la familia. Está ubicada estratégicamente ( a 15 o 20 min) cerca de todas las playas fluviales de la zona, las cuales a cual más bonita y con todos los servicios: chiringuitos, aseos, juegos para los niños. Mis chicos disfrutaron muchísimo de cada entorno. Sólo tuvimos problemas con los colchones de las camas que eran de muelles y muy duros. También, el escuchar cada hora las campanas de la ermita del pueblo, sonaban de noche también, pero acabamos acostumbrándonos. Virgilio un encanto de hombre, nos obsequiaron con una cesta de varios productos de ellos y de la zona, así como un vino tinto riquísimo que elabora él mismo.