El Puente Juscelino Kubitschek es una visita obligada para los entusiastas de la arquitectura o de aquellos que busquen una excelente fotografía de Brasilia como souvenir. Conduce bajo de sus icónicos arcos, anda en bicicleta por sus carriles especiales o pasea en kayak en el pintoresco lago que hay más abajo para que disfrutes de la majestuosidad de esta gran construcción.
El puente terminó de construirse en 2002 como conexión entre los grupos de población del lado sur del lago Paranoá y los distritos centrales de Brasilia. El espectacular logro arquitectónico fue diseñado por Oscar Niemeyer y recibió el nombre del presidente que tomó la decisión de trasladar la capital de Río de Janeiro a Brasilia, un lugar que es más céntrico.
Durante tu paseo hacia el puente, disfruta de algunas de sus dinámicas características de diseño. El puente es parte vital del trazo de la ciudad y se alinea con el Eje Monumental hacia el centro de la ciudad. Mientras aprovechas su uso práctico, date un momento para admirar su galardonado esplendor visual, el cual es querido tanto por los lugareños como por los visitantes. Tres arcos de acero zigzaguean el puente y se asemejan a una majestuosa serpiente marina que rodea a su presa.
Si quieres una manera excelente de ver la construcción, prueba conducir por sus tres carriles. Los arcos que pasan por encima, combinados con una increíble vista del lago Paranoá, valen la pena el viaje. Como alternativa, usa los amplios carriles del puente para andar en bicicleta o para caminar. De esta manera, tendrás tiempo suficiente para fotografiar al puente con el horizonte de edificios de la ciudad como fondo.
Los más aventureros pueden disfrutar de una vista diferente del puente. Renta un económico kayak a orillas del lago Paranoá y rema por sus tranquilas aguas para que goces del paisaje. Sobre el lago, los arcos del Juscelino Kubitschek siempre están a la vista. Desde este punto podrás disfrutar del sol y de los jardines circundantes.
Después de apreciar su belleza visual, usa el puente para entrar al sur de Brasilia, el cual es hogar de galerías de arte, restaurantes e interesantes suburbios. En la noche, encuentra un bar en la orilla norte del lago y disfruta de la vista del puente iluminado.
Llega al Puente Juscelino Kubitschek en coche o un económico taxi.