Toma un café o una copa de vino mientras observas a las personas que caminan alrededor de la Puerta de Cailhau (Porte Cailhau). Las cafeterías y los restaurantes están perfectamente ubicados para ofrecer una vista fabulosa de esta fortificación de mediados del siglo XV que se utilizaba como el acceso principal a Burdeos durante la época medieval.
El gran tamaño y la prominencia de la estructura indican claramente la importancia de esta ciudad, incluso en la antigüedad. Imagina las murallas que solían estar conectadas con esta puerta de entrada. Esta estructura formaba una barrera formidable para defender a la ciudad contra sus enemigos. Actualmente, esta puerta de 35 metros (115 ft) de altura aún se utiliza como entrada majestuosa a la parte antigua de la ciudad.
La especulación sobre el significado de la palabra "cailhau" ha existido durante mucho tiempo. Una de las posibilidades es que la palabra se refiera a un tipo de lastre que se colocaba en los barcos en esta ciudad mercante. Cualquier referencia a los barcos es posible, pues hay una vía acuática justo frente a la puerta. Sube a la cima de la estructura para disfrutar la magnífica vista del río Garona, que serpentea más allá de la ciudad. Contempla una colección de herramientas antiguas utilizadas en la construcción de Burdeos.
Imagina la manera en que la majestuosidad de la época renacentista inspiró la creación de la Puerta de Cailhau. La puerta se construyó para conmemorar la victoria del rey Carlos VII en Fornovo, en Italia. Observa la representación del rey en las paredes de la puerta, frente al río.
La puerta pasó por dos remodelaciones significativas en 1882 y 1960. Agáchate mientras recorres la estructura, pues los marcos de las puertas pueden tener poca altura. En la gran plaza ubicada frente a la puerta en el lado del río solía haber un palacio, por lo que se le llamó la Plaza del Palacio. El palacio se demolió a principios del siglo XIX.
La Puerta de Cailhau, que es una conexión con la historia fascinante de Burdeos, está abierta casi todos los días. Paga la cuota para subir a la cima de la puerta. Observa la puerta en la noche, cuando adquiere un aspecto extravagante.