Roma es hogar de más de 2.8 millones de residentes, muchos de los cuales con gusto te dirán cuál es la mejor pizzería de la ciudad o cuál es su equipo favorito de futbol. El único momento en el que el ritmo baja un poco es en la tarde, después de la comida.
Roma, la ciudad sobre las siete colinas, está dividida en distritos a los que suelen conocer por las atracciones clave que ofrece cada uno. La capital italiana se caracteriza por sus calles y bulevares adoquinados, pero principalmente por el río Tíber que corre a través de ella. Lleva un mapa mientras exploras la ciudad, especialmente si visitas algunos de los distritos más antiguos, ya que las direcciones y calles pueden ser un poco confusas al principio. Caminar es la mejor manera de trasladarte por los angostos e intrincados caminos de los sitios históricos. Los autobuses son la opción más práctica de transporte público.
No obstante, perderte en Roma es parte del encanto. Podrías descubrir algún tesoro escondido como una panadería subterránea que sirva "cornetti" (cuernitos recién salidos del horno) o una excavación arqueológica en el centro de alguna concurrida calle.
Además, una parada obligada de tu visita a Roma es admirar sus monumentos artísticos y arquitectónicos. En el Vaticano, encontrarás maravillas del Renacimiento, como el Palazzo Senatorio (el Palacio del Senado) y la Capilla Sixtina. Y también hallarás joyas del Barroco como laBasílica de San Pedro, la Plaza de España y laFuente de Trevi. Viaja a tiempos aún más remotos para vivir de cerca el Imperio Romano: pasea por Foro Romano, el cual culmina en el imponente Coliseo. Entre cada uno de tus paseos, siéntate y disfruta de un café en una de plazas de la antigua ciudad, como la Piazza Navona.
Junto con la ópera y otros estilos musicales, el futbol y la arquitectura, los romanos adoran la comida y el vino, y tú puedes comer delicioso en toda la capital. En Roma hay bastante buena cocina y vino italianos. El Spaghetti carbonara es un guiso clásico, no obstante, la verdadera cocina romana es mucho más que pasta. Se trata de comida sencilla y deliciosa que se prepara con lo que esté disponible en la temporada.
Una vez que hayas visitado los puntos de referencia obligados cada día, haz como hacen los lugareños. Encuentra un rincón para comer tu "gelato" (helado) y contempla los tonos color rosa del atardecer mientras practicas el ideal romano de "il dolce far niente", o "lo dulce que es no hacer nada".