La Sinagoga de Santa María la Blanca es uno de los sitios más interesantes de la zona judía de Toledo. El reflejo de la luz en las superficies blancas del interior inspira paz y esperanza para los visitantes de cualquier religión.
Aunque hay un debate sobre la fecha de la construcción, es probable que la sinagoga se haya fundado en el siglo XIII, con muchas remodelaciones en el siguiente siglo. Aquí había otro edificio construido en el siglo XI, el cual probablemente quedó destruido durante un incendio. Esta estructura anterior se construyó durante el gobierno del rey Alfonso VIII, que simpatizaba con la fe judía y sus seguidores. Ingresa a la sinagoga principal de Toledo para contemplar las columnas blancas con capiteles hermosos que forman una serie de arcos.
En el siglo XV, este lugar se conocía como Santa María la Blanca, y se usó para otros propósitos además de ser una iglesia. Durante su historia, este edificio se usó como convento para mujeres arrepentidas, como cuartel militar de infantería y como almacén para las riquezas de varios gobernantes.
La sinagoga es un excelente ejemplar de la arquitectura mudéjar, que combina elementos árabes, judíos y cristianos. Este tipo de arquitectura, que predomina en la zona judía de Toledo y en otras partes de la Península Ibérica, demuestra la coexistencia de estas religiones en la Edad Media. Dirígete al interior para ver los elementos arquitectónicos artísticos de la estructura.
Hay cinco naves separadas por columnas de ocho lados, las cuales soportan arcos en forma de herradura. El piso se ha renovado varias veces, mientras que algunas secciones aún cuentan con piezas antiguas de cerámica.
La Sinagoga de Santa María la Blanca se encuentra en la parte central de la zona judía, al este del río Tajo. Está abierta todos los días, excepto en algunos días festivos, y se cobra una cuota de entrada. La entrada es gratuita para los niños menores de 10 años. Visita este lugar los miércoles en la noche, cuando la entrada general es gratuita.