En primer lugar quiero destacar el trato cercano e interés que ha mostrado el propietario (Eduardo) en todo momento, para que la estancia fuera de nuestro total agrado. Desde el principio, con una acogida en la casa con todo tipo de detalles, como un buen vino blanco de Icod, hasta el último momento, en que nos despedidos de él y su hija.
La casa muy limpia, es además muy cómoda, con un ambiente cálido y acogedor que llama al relax. No falta de nada, contiene todo tipo de enseres y elementos básicos si se quiere cocinar.
Uno de los sitios de la finca de los que más disfrutamos fue el jardín, muy bien cuidado, es amplio y fantástico para relajarse leyendo un libro o tostarse al sol tomando una cerveza.
No voy a dejar de comentar las famosas gallinas de Eduardo, las cuales nos proporcionaron huevos frescos todos los días para desayunar o para preparar unas tortilla española riquísimas para la cena.
Lo dicho, si volvemos a Tenerife y queremos disfrutar de una casa rural, repetiremos en la Finca El Trazo.
Gracias por todo Eduardo.
Carlos.