La casa es un placer para los sentidos. Llena de ventanas al paisaje y con todos los detalles. Un colchón super cómodo para dejar volar los sueños y un silencio que sólo rompen los pájaros.
A tan sólo veinte minutos de rincones de costa y de montaña. Cudillero, oviñana, Soto de luiña, lamuño, Luarca. Playas maravillosas, acantilados, un descanso para el cuerpo y el alma.
Y como colofón la amabilidad de sus anfitriones Carmen y Marcelino a los que sólo podemos darles las gracias.