Vancouver se encuentra en la costa oeste del país y está rodeada de agua por tres lados. Es uno de los mejores lugares del mundo para ver la migración de las ballenas, especialmente las orcas. En tierra firme encontrarás una ciudad rodeada·por kilómetros de playas y montañas, con más de 200 parques para elegir.
Esta ciudad, que oficialmente se incorporó al país más grande de América en 1886, fue hogar de pueblos indígenas durante miles de años. La ciudad fue fundada por un personaje conocido como “Gassy Jack”, quien construyó una parada improvisada para servir bebidas a los trabajadores del aserradero local, en lo que ahora es la histórica área de Gastown. Hoy en día, los leñadores se han ido, pero sigue siendo un buen lugar para disfrutar de una bebida. Pasea por las calles adoquinadas y visita el famoso reloj de vapor, vete de compras un rato o pasa una noche divertida en uno de los diversos centros nocturnos de la ciudad.
El centro es es actualmente el distrito financiero de Vancouver, y allí también están las famosas tiendas de Robson Street. Cerca de ahí se encuentra uno de los barrios chinos más grandes del mundo y el histórico Yaletown, donde encontrarás aún más restaurantes, cafés, bares, boutiques y centros nocturnos.
Descubre el paisaje natural de la ciudad y la herencia indígena del parque más grande y antiguo de Vancouver: el Stanley Park. Conoce el arte indígena norteamericano y sus tótems, súbete al tren miniatura a través del bosque costero o visita alguno de los numerosos lagos y playas. Ninguna familia puede perderse el tanque de ballenas beluga y las albercas interactivas del acuario de Vancouver (el Vancouver Aquarium). Desde ahí, camina o pasea en bicicleta a lo largo de Seawall, un camino de 22 kilómetros (14 millas) que recorre la línea costera de Vancouver. Si vas al sur a través de este camino, pasarás por la hermosa bahía English Bay y por Granville Island, isla conocida por su mercado público, galerías y estudios de arte. Puedes caminar por el Seawall hasta el parque Kitsilano Beach Park. Si vas en bicicleta, puedes avanzar aún más hasta la Universidad de British Columbia. Haz una pausa en la Universidad para visitar el Museo de Antropología, obra de arte arquitectónica donde se exhiben piezas indígenas de todo el mundo.
En el parque Capilano Suspension Bridge Park, diez minutos al norte del centro de Vancouver, puedes atravezar el famoso puente colgante que cruza un profundo cañón entre frondosos bosques, o explorar a pie la interminable red de veredas. Y si quieres una aventura un poco más intensa, te recomendamos que subas a la Grouse Mountain. Puedes aprovechar para tomar fotos espectaculares desde lo alto. El teleférico Skyride te lleva a 1,100 metros (3,700 pies) sobre las montañas boscosas, desde donde la panorámica de la ciudad es incomparable.
El Skyride es una de las muchas actividades que puedes hacer en Vancouver en cualquier época del año. Aunque la ciudad tiene un clima más templado que el resto de Canadá, también es un gran destino para que practiques deportes de invierno. Esquía en las laderas del Sun Peaks Resort por la mañana y regresa por la noche para comer en el barrio chino o ver un concierto en el histórico teatro Orpheum. Termina tu noche con un coctel en uno de los animados bares de Yaletown y brinda por la ciudad que con frecuencia aparece en las listas de "los mejores lugares para vivir del mundo".