Hemos estado de jueves a domingo y tanto el cortijo, entorno y q anfitrión de 10 sobre 10. José nos ha hecho sentirnos como en nuestra propia casa y su trato ha sido exquisito. Cuando llegamos nos estaba esperando en la entrada de Mogon, para llevarnos al cortijo q está a las afueras. Esa misma tarde, nos hizo de guía turistico, llevandonos a lugar de comienzo de una ruta (Entorno de la osera), a unos 25 minutos del cortijo.
Nos ha regalado unas bolletitas de aceite. También nos obsequió con un racimo de esparragos que acababa de recoger. Y el último dia nos dio un montón de cardos y laurel para q nos trajeramos a casa. El cortijo muy bien cuidado y decorado con talajes de madera hechos con sus propias manos. Muy amplio, confortable y tranquilo, y con unas vistas al Guadalquivir inmejorables.
José, muchas gracias por todo, y ojalá podamos repetir