La habitación no sólo es confortable sino también muy acogedora. Durante mi estancia no hubo ruido procedente de la calle - céntrica, pero tranquila -. Pero si algo cabe destacar, es la amabilidad y buen hacer de Concha y Rafael, los propietarios de la casa. Extremadamente atentos y buenos conversadores, ha sido un placer conoceros!
En resumen, un muy buen lugar para pasar unos días y descubrir algo de Euskadi.