Una viuda construyó este templo en 1606 para rendir homenaje a su esposo fallecido. Hoy es un lugar de tranquilidad con bellos jardines dignos de una postal.
Visita Ishigaki para disfrutar los deliciosos platillos, bucear entre peces exóticos de colores y corales, y explorar las cuevas luminosas llenas de estalactitas brillantes.
Contempla la fabulosa vista del horizonte de Monte Hakodate, la costa y las luces de la ciudad desde esta montaña ubicada en el centro de la ciudad, a la que puedes acceder por medio de un teleférico panorámico.