Desde un picnic al atardecer en el Jardín del Luxemburgo hasta una noche en la ópera, la capital francesa del romance te ofrece tanto placeres sencillos como lujos extravagantes.
Este museo, hogar de la Mona Lisa y fácilmente reconocible gracias a su pirámide de cristal, posee vastas colecciones de afamadas obras de arte francesas y de todo el mundo.
Desde laberintos subterráneos hasta un elevado rascacielos, el Distrito del Observatorio te permitirá experimentar las oscuras profundidades y las vertiginosas alturas.
Admira el arte y la arquitectura de este espectacular espacio para exhibiciones con techo de vidrio, donde se realizan destacadas muestras y retrospectivas de arte.
Desde laberintos subterráneos hasta un elevado rascacielos, el Distrito del Observatorio te permitirá experimentar las oscuras profundidades y las vertiginosas alturas.
Dominado desde lo alto por la basílica de Sacré-Coeur, este encantador barrio aún recuerda sus días como refugio de algunos de los más grandes artistas del mundo.