Visita la región de los Andes de Ecuador para contemplar las montañas más altas de este país mientras te relajas en un manantial de aguas termales y visitas uno de los mercados más famosos de Sudamérica.
España es un país con diversos paisajes, desde los picos de los Pirineos hasta las soleadas playas y las regiones desérticas. Disfruta de este entorno natural mientras observas eclécticas obras arquitectónicas, degustas comida regional y te diviertes en uno de los muchos festivales del país.
Disfruta una gran variedad de actividades al aire libre durante el verano y el invierno, y visita las capillas antiguas del hermoso valle suizo de Funes.
Con una campiña hermosa, ciudades culturales y pueblos encantadores a lo largo de sus costas, el lago de Ginebra, el más grande de Suiza y Francia, es un sueño para los turistas.
Atrévete a ingresar a una montaña donde quedarás fascinado con las vistas y los sonidos de diez cascadas glaciales. Observa las inusuales formaciones rocosas que creó el agua.
El monte Rainier, tan grande que por sus dimensiones se creó un parque nacional en su honor, tiene un robusto cono volcánico cubierto de nieve que puede verse claramente desde Seattle.
Visita la capital del vino de Sudamérica para probar delicados Malbecs, estudiar la cultura argentina y disfrutar de un paisaje que no dejará de sorprenderte.
Paisajes de otro mundo, fósiles de dinosaurios e históricos pueblos mineros hacen de este valle un paraíso para los paleontólogos, geólogos y cineastas.
El sur de Nápoles es un área de gran belleza y una hermosa ruta costera que serpentea entre plantíos de limón, viñedos y pueblitos al borde de los acantilados.
Esta ciudad, que fue capital del Imperio Inca, es la entrada al Valle Sagrado de esa civilización y uno de los sitios más importantes de la cultura indígena peruana.
El punto más al noroeste de los Estados Unidos continentales tiene una belleza impactante, con espectaculares cabos rocosos y una vista inolvidable del océano.
Visita uno de los primeros centros de investigación, donde se encuentra el enorme aparato que permite a los científicos volver al principio de los tiempos.
El monte Rainier, tan grande que por sus dimensiones se creó un parque nacional en su honor, tiene un robusto cono volcánico cubierto de nieve que puede verse claramente desde Seattle.