Explorar la ciudad con 400 casas con entramado de madera y un palacio ducal que data del siglo XIII es la razón por la que es tan famosa entre los turistas. Sobre la ciudad se alza el castillo de Celle, que combina elementos renacentistas y barrocos y alberga un museo, una capilla y un teatro. Fue utilizada como residencia principal de los duques de Sajonia-Wittenberg y Brunswick-Lüneburg. No hay que olvidar también el sereno jardín francés del siglo XVIII, diseñado como un patio barroco. Pero los tiempos modernos también han marcado su presencia aquí, gracias al ultramoderno Kunstmuseum, iluminado por la noche como un museo abierto las 24 horas. Sin duda, Celle seducirá a los visitantes con su encanto y la yuxtaposición de lo antiguo y lo nuevo, y mientras pasea de un sitio a otro, quedará fascinado por la belleza de esta encantadora ciudad.