Paso 1: Visita la cueva de Mala, una cala mágica en Èze
Ubicada entre el mar y los acantilados, esta joya escondida te transporta a un escenario de cuento de hadas. Accesible solo por mar, la cueva de Mala revela una impresionante paleta de tonos esmeralda y azul en un paraíso natural. Sus aguas cristalinas y su ambiente sereno lo convierten en el lugar perfecto para recargar energías y reconectarse con la naturaleza.
Paso 2: Dirígete a Saint-Jean-Cap-Ferrat y explora sus aguas marinas protegidas
Navega por la elegancia y tranquilidad de Saint-Jean-Cap-Ferrat, un verdadero santuario natural. Sus aguas turquesas, ricas en vida marina y protegidas por esfuerzos de conservación, invitan a nadar y hacer snorkel. Este pequeño paraíso está rodeado de prestigiosas villas y exuberantes jardines, ofreciendo el equilibrio perfecto entre lujo y naturaleza.
Paso 3: Descubre la Bahía de Villefranche, la bahía de los mil colores
Siguiendo la costa, llegarás a la Bahía de Villefranche, un lugar que se siente como si perteneciera a una postal. Al abrigo del viento, esta tranquila bahía es famosa por sus tonos siempre cambiantes, cambiando entre azul celeste, verde esmeralda y tonos dorados al atardecer. A menudo considerada como uno de los panoramas más impresionantes de la región, la bahía es un espectáculo imperdible.
Paso 4: Regreso al Puerto de Niza
Concluye este mágico viaje regresando al Puerto de Niza. Este regreso al corazón de la ciudad resalta el contraste entre la energía vibrante del puerto y la tranquilidad de los paisajes explorados a lo largo del día.