Eusebi Güell encargó al arquitecto Antoni Gaudí la tarea de desarrollar una finca para familias adineradas en una gran propiedad que había adquirido en Barcelona. Güell quería recrear los parques residenciales británicos, por eso lo llamó Park Güell, en inglés.

Esta combinación ideal de arquitectura moderna catalana, vegetación y paisajismo fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984 y ahora es una de las principales atracciones de Barcelona.

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