A lo largo de los 3,9 km (2,4 millas) del sendero, los excursionistas pueden admirar la belleza indescriptible de la flora endémica y exótica de Madeira. También puede observar la fauna endémica, que se destaca por el canto melodioso del pinzón y el pequeño Firecrest.

El sendero contiene algunos túneles, así que no olvides traer una linterna y protegerte la cabeza con una gorra o sombrero.

Mientras camina, disfrute de este paseo también para apreciar y disfrutar de la belleza de las vistas panorámicas que ofrece sobre el valle de São Vicente.

Finalmente, la llegada al principio de la levada es espléndida. Las cascadas y lagunas que se forman ofrecen frescura y serenidad a los excursionistas, quienes pueden disfrutar del lugar para relajarse, tomar un refrigerio y preparar el regreso.