Venga a descubrir la isla de Madeira con nosotros. Le mostraremos las ciudades, los bosques y el espectacular paisaje volcánico de la isla. Este recorrido ha sido planeado para mostrarle las partes más hermosas del lado norte con impresionantes cascadas y piscinas naturales volcánicas en las que puede nadar y una increíble playa de arena negra. Este tour privado es ideal para todas las edades y es una excelente manera de conocer la isla de Madeira.
Desde Funchal nos dirigimos a la bahía de Câmara de Lobos, un atractivo pueblo de pescadores junto al mar con increíbles pequeñas y coloridas embarcaciones de madera, y luego nos dirigimos a Cabo Girão, hasta el acantilado marino más alto de Europa y el segundo del mundo con 580 metros, más conocido por su mirador de cristal suspendido (entradas incluidas). Después, paramos en el mirador de São Sebastião, que ofrece una perspectiva panorámica de la costa oeste de Madeira, situado en lo alto de un acantilado, con vistas a la ciudad de Ribeira Brava.
Después nos dirigimos a São Vicente, en la costa norte, donde podemos visitar el lugar de surf más famoso de Madeira y ver dos cascadas, la impresionante cascada Água d'Alto en la carretera a Seixa, y otra, una de las cascadas más famosas que, por parecerse a un velo de novia, recibió su nombre Véu da Noiva.
Continuando hasta la playa de Seixal, una impresionante extensión de arena negra con un increíble telón de fondo montañoso con crestas y cascadas con vista a la playa. Las piscinas naturales de Seixal son las piscinas naturales de Seixal, una piscina mareal de roca volcánica llena de agua de mar limpia y cristalina, ideal para los amantes de la fotografía.
Tras esto, es en la parroquia de Ribeira da Janela donde termina el curso de agua del mismo nombre donde veremos los famosos islotes, formados por impresionantes formaciones rocosas que marcan el paisaje marino.
Para terminar nuestro recorrido, nos dirigiremos a Porto Moniz, donde se encuentran las piscinas volcánicas naturales, consideradas el ex-libris del municipio. De origen volcánico, formadas durante milenios por el enfriamiento de la lava, la fisonomía natural de estas piscinas permite la entrada de agua de mar. Es hora de coger tu equipo de snorkel e ir a nadar.