Escapa del ajetreo de Barcelona y pasa un día completo en una de las franjas más hermosas de la costa de toda Europa, la Costa Brava. Disfruta de las impresionantes vistas panorámicas de acantilados rocosos, cuevas misteriosas y playas doradas que te cautivarán desde todos sus ángulos.
Toma un traslado por la carretera costera hasta Blanes, mejor conocido como la entrada a la Costa Brava. Llega a una de las caletas restantes de la costa, lejos de los lugares que suelen visitar los turistas y oculta de las grandes manchas urbanas. Llegarás temprano, antes que las multitudes, lo que te permitirá disfrutar de un chapuzón a solas en las aguas cristalinas.
Elige entre pasar unas cuantas horas en la playa o visitar los jardines botánicos en las cercanías. Los jardines son hogar de una gran variedad de plantas exóticas, pero son sus vistas panorámicas desde lo alto, en la cima de los acantilados, lo que hace de esta parada un evento que no te puedes perder. Las aguas turquesa del mar Mediterráneo se extienden interminablemente en la distancia, mientras que debajo tuyo las olas chocan contra la costa creando explosiones de espuma blanca.
Después de conocer las vistas panorámicas de los acantilados, una comida mediterránea de 3 tiempos mediterránea te espera en un restaurante local. El festín comienza con una selección de platillos locales tradicionales y una copa de sangría, seguido de la elección del platillo principal.
Después de comer, haz un viaje breve a Tossa de Mar, cuna del último pueblo fortificado y preservado en la Costa Brava. Camina por calles empedradas hacia un faro con la Costa Brava de fondo completando el panorama.