Sarrebruck es una ciudad de contrastes: una mezcla perfecta de la alegría de vivir francesa con la seriedad y la ética laboral de los alemanes hacen de esta pequeña ciudad una parada perfecta para cualquier turista. Aunque se industrializó en gran medida en el siglo XVIII, Saarbrücken aún revela algunas de las partes más interesantes de su impresionante historia de más de 1000 años: maravillosos edificios barrocos, un casco antiguo especial y muy agradable y mucho más.
Visita la basílica de San Juan, un ejemplo perfecto de la belleza barroca del siglo XVIII. Lo más destacado de esta iglesia es el portal de bronce, la zona de entrada y su famoso órgano de 4312 tubos. Pase por el Ayuntamiento local, un impresionante edificio neogótico dominado por su torre de 54 metros, desde la que suena el carillón a diario, diseñado por el mismo arquitecto que creó los ayuntamientos de Múnich y Wiesbaden. Eche un vistazo al castillo de Saarbrücken, mencionado por primera vez en el año 999 con el nombre de «Castellum Sarabrucca». Si está buscando una pequeña ciudad tranquila con sabor, Saarbrücken es el lugar perfecto para su búsqueda.